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Resumen de la historia de los sindicatos y ejemplos del sindicato de la construccion en México
Tipo: Apuntes
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¿Qué son los sindicatos? se trata de una asociación integrada o bien por colaboradores o por empresas privadas o públicas que trabajan en pro de la defensa y la promoción de sus intereses sociales, económicos y profesionales para que actividad laboral esté regulada correctamente. » Sindicado es la asociación de trabajadores o patrones, constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses». (Según la Ley Federal del Trabajo , en el artículo 356.)
¿Cómo nacieron los sindicatos? Con anterioridad a la industrialización moderna, existieron organizaciones, los gremios, que defendían en el seno de la actividad artesanal a los trabajadores de un determinado oficio. Regulaban la producción y controlaban hasta el más mínimo detalle. Los operarios tenían la oportunidad de ascender en la escala laboral según su pericia y méritos. Frente a esas organizaciones de carácter preindustrial, los sindicatos nacieron como respuesta a los problemas planteados por la mecanización. Representaban a obreros desposeídos de la iniciativa y creatividad en el proceso productivo.
La total desprotección de éstos frente a los abusos de los capitalistas (prolongadas jornadas de trabajo, empleo infantil, mujeres mal remuneradas, fábricas insalubres, hacinamiento, despidos sin indemnización, miseria, etc), los empujó a organizarse en asociaciones para protegerse en caso de enfermedad, paro o inactividad huelguistica. Gremios y sindicatos respondían, por tanto, a circunstancias económicas y sociales distintas. A finales del siglo XVIII , en Inglaterra , cuna de la industrialización, nacieron las primeras asociaciones de trabajadores, las llamadas sociedades de ayuda mutua (o "socorro mutuo"). Las integraban esencialmente artesanos que trabajaban bajo el Domestic System. Su objetivo era la unión de los obreros para conseguir mejoras laborales y salariales, operando como cajas de resistencia frente a adversidades como la enfermedad o el desempleo. A finales de ese siglo, por medio de una legislación represiva, las “Combination Laws” (1799 y 1800), se prohibió todo tipo de asociacionismo obrero, con lo que las organizaciones de trabajadores pasaron a ser ilegales y hubieron de ejercer su actividad clandestinamente.
En Francia , durante la década de los treinta del siglo XIX también florecieron las sociedades de ayuda mutua. En la siguiente década el ambiente reivindicativo (libertad de asociación y reducción de la jornada laboral a diez horas) alcanzó su máxima expresión en la revolución de 1848. Su fracaso y el advenimiento de Napoleón III al poder interrumpieron las perspectivas de mejora social. En Inglaterra , tras la abolición de las Combination Laws (1824), el asociacionismo obrero progresó rápidamente, organizándose según dos modelos: sindicatos de oficio (Trade Unions) y cooperativas. Ambos sistemas carecían de reivindicaciones políticas, éstas surgirían por primera vez con el cartismo. En su origen, los Trade Unions británicos estuvieron constituidos por obreros de una localidad integrados en un mismo oficio y su propósito era prestar ayuda en caso de grave necesidad a sus miembros. Su financiación era atendida mediante aportaciones económicas que luego eran utilizadas en la asignación de pensiones y subvenciones varias. Durante la década de los años treinta los Trade Unions fueron ampliándose y dejaron de estar limitados por oficio y localidad, abriéndose paso un sindicalismo de ámbito estatal.
En 1829, el dirigente obrero de origen irlandés Doherty , creaba el primer sindicato del algodón de implantación nacional. En 1834 Robert Owen reunió varios sindicatos de oficio en la Great Trade Union , alcanzando tal éxito que fue ilegalizado por el gobierno. El fracaso de esta iniciativa unificadora llevó a los líderes del movimiento obrero a plantearse la necesidad de intentar otras experiencias, en este caso políticas, hecho que se concretó en el cartismo. El principal instrumento de presión de que se valieron los sindicatos en sus reivindicaciones fue la huelga. Los Trade Unions, aunque tolerados, no se constituyeron legalmente hasta 1871. Durante las siguientes décadas no dejó de aumentar su número y el de sus afiliados, a finales de siglo sumaban más de 2 millones. En el resto de Europa los sindicatos adquirieron importancia a lo largo del último tercio del siglo XIX.
¿Cómo nacen los sindicatos en México? El 16 de Septiembre del año de 1872, se fundó la primera asociación de tipo profesional, círculo de obreros. Esta organización llegó a contar en sus filas al mes de octubre de 1874, con 8000 trabajadores, en su gran mayoría eran artesanos y obreros de hilados y tejidos. El 5 de marzo de 1874 fue fundada la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos, la cual fortaleció la unidad de los trabajadores, constituyéndose en el año de 1890 en la llamada “Orden Suprema de Empleados Ferrocarrileros Mexicanos, la Unión de Mecánicos Mexicanos, La Sociedad de Hermanos Calderos Mexicanos, la Liga Mexicana de Empleados del Ferrocarril y otras más. En Cananea, Sonora se funda la Unión Liberal Humanidad, y en Orizaba, Veracruz, el Gran Círculo de Obreros Libres, ambos organismo fueron los protagonistas de las huelgas de Cananea y Río Blanco. En 1911 se constituyó la Confederación Tipográfica de México. En 1912 de funda el Departamento del Trabajo y se establece la Casa del Obrero Mundial que en 1913, conmemora por primera vez en México, el día 1° de mayo, exigiendo la jornada laboral de 8 horas y el descanso dominical.
En México los sindicatos son una cuestión paradójica, por un lado son necesarios para defender una clase trabajadora vulnerable y el por otro pueden convertirse en su peor enemigo, el cual los vende al patrón y al estado, mediante la aceptación de todas las pretensiones de éstos. La historia de los sindicatos en México es larga, nacen después de la revolución mexicana, y se consagran con la Constitución de 1917, pero fue con la creación de la Ley Federal del Trabajo en 1931 que se dio plena protección a los trabajadores, con el derecho de huelga y la libre asociación.
La clase trabajadora la formaban mineros, obreros de fábricas textiles, trabajadores de las incipientes industrias del tabaco, café, azúcar, henequén, entre otras y los miles de artesanos de las ciudades. De estas industrias, las más importantes desde la época colonial fueron la minera y la textil; en la primera llegaron a laborar más de cien mil trabajadores en más de tres mil centros mineros y en la segunda alrededor de 32 mil operarios. Las condiciones de trabajo, como es obvio imaginar, eran muy precarias: largas jornadas de trabajo de 14 y hasta 16 horas diarias; salarios bajísimos y al arbitrio del patrón; malos tratos que en muchos casos llegaban a los golpes; pésimas condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo, a lo que habría que agregar la inexistencia de leyes laborales que protegieran, aunque fuera en forma mínima, a los trabajadores. Pese a que en la nueva Constitución en su artículo 123 se estipulaba que la jornada máxima de trabajo sería de 8 horas, que los trabajadores tenían plena libertad para formar sindicatos y el derecho de huelga, y que los salarios deberían ser suficientes para satisfacer las necesidades básicas de una familia, en la práctica todo seguía igual. De manera que los trabajadores siguieron luchando por esas demandas, aunque ahora invocando la Constitución y su cumplimiento por parte del gobierno y los patrones. Por otra parte la lucha ideológica en el movimiento sindical seguía dándose entre los partidarios del anarquismo y los reformistas. Los primeros propugnaban la “acción directa”, que consistía en acciones como la huelga, el boicot, la revuelta y el rechazo a la “política”; los segundos optaron por la “acción múltiple”, que privilegiaba la negociación y los acuerdos con los empresarios y el poder político.