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Sindromes Paraneoplasicos, Resúmenes de Anatomía Patológica

Descripcion de los sindromes paraneoplasicos, que se encuentran en el libro Robbins de anatomia patologica.

Tipo: Resúmenes

2019/2020
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Subido el 26/11/2020

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Síndromes
paraneoplásicos
Algunas personas afectadas por un cáncer manifiestan signos y síntomas que no se pueden explicar fácilmente por la distribución anatómica del
tumor o por la elaboración de hormonas propias del tejido originario del tumor; estos se conocen como síndromes paraneoplásicos y ocurren en
un 10% de los enfermos cancerosos. A pesar de esta rareza relativa, conviene reconocer los síndromes paraneoplásicos por varios motivos:
Las endocrinopatías constituyen síndromes paraneoplásicos frecuentes.
Los cánceres responsables no tienen un origen endocrino y la actividad
secretora de estos tumores se conoce como producción hormonal ectópica. El
síndrome de Cushing es la endocrinopatía más habitual. Alrededor de la mitad
de las personas con esta endocrinopatía sufre un carcinoma de pulmón, sobre
todo de tipo microcítico. Se debe a la producción excesiva de corticotropina o
péptidos afines. La precursos de la corticotropina es una molécula grande
conocida como proopiomelanocortina.
Los enfermos con cáncer de pulmón y síndrome de Cushing presentan niveles
séricos ele vados de proopiomelanocortina y corticotropina. La primera no se
detecta en el suero de los pacientes con un exceso de corticotropina producido
por la hipófisis.
La hipercalcemia probablemente sea el síndrome paraneoplásico más habitual,
de hecho, la hipercalcemia sintomática se asocia con mayor frecuencia a algún
tipo de cáncer que hiperparatiroidismo.
Hay dos procesos generales que contribuyen a la hipercalcemia maligna:
1) la osteólisis inducida por el cáncer, sea primario de los huesos, como el
mieloma múlti ple, sea por metástasis óseas provenientes de cualquier tumor
primario.
2) la producción de sustancias humorales calcémicas por neoplasias
extraóseas.
Únicamente este segundo mecanismo se considera paraneoplásico; la
hipercalcemia debida a la afectación ósea, primaria o secundaria, del tumor no
constituye un síndrome paraneoplásico.
Se conocen algunos factores humorales asociados a la hipercalcemia
paraneoplásica maligna. El más importante, la proteína relacionada con la
hormona paratiroidea (PTHRP), es una molécula emparentada con la hormona
paratiroidea (PTH), pero diferente a esta. La PTHRP se parece a la hormona
nativa solo por su extremo aminoterminal. Realiza algunas acciones biológicas
parecidas a las de la PTH y las dos hormonas comparten un receptor acoplado a
la proteína G, conocido como receptor de PTH/PTHRP (a menudo denominado
PTH-Ro PTHRP-R). A diferencia de la PTH, la PTHRP se produce en pequeñas
cantidades por muchas células y muchos tejidos sanos, entre ellos
queratinocitos, músculos, huesos y ovario. Regula el transporte del calcio en la
mama lactante y atraviesa la placenta; al parecer, modula el desarrollo y la
remodelación pulmonares. Los tumores que más se acompañan de
hipercalcemia paraneoplásica son los carcinomas de la mama, pulmones,
riñones y ovario.
La hipercalcemia del cáncer de mama debida a la producción de PTHRP suele
exacerbarse con las metástasis osteolíticas. La neoplasia pulmonar que más
veces se acompaña de hipercalcemia es el carcinoma epidermoide. Además de
la PTHRP, otros factores, como IL-1, TGF-«, TNF y dihidroxivitamina D, también
se relacionan, causalmente, con la hipercalcemia maligna.
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Síndromes

paraneoplásicos

Algunas personas afectadas por un cáncer manifiestan signos y síntomas que no se pueden explicar fácilmente por la distribución anatómica del tumor o por la elaboración de hormonas propias del tejido originario del tumor; estos se conocen como síndromes paraneoplásicos y ocurren en un 10% de los enfermos cancerosos. A pesar de esta rareza relativa, conviene reconocer los síndromes paraneoplásicos por varios motivos: Las endocrinopatías constituyen síndromes paraneoplásicos frecuentes. Los cánceres responsables no tienen un origen endocrino y la actividad secretora de estos tumores se conoce como producción hormonal ectópica. El síndrome de Cushing es la endocrinopatía más habitual. Alrededor de la mitad de las personas con esta endocrinopatía sufre un carcinoma de pulmón, sobre todo de tipo microcítico. Se debe a la producción excesiva de corticotropina o péptidos afines. La precursos de la corticotropina es una molécula grande conocida como proopiomelanocortina. Los enfermos con cáncer de pulmón y síndrome de Cushing presentan niveles séricos ele vados de proopiomelanocortina y corticotropina. La primera no se detecta en el suero de los pacientes con un exceso de corticotropina producido por la hipófisis. La hipercalcemia probablemente sea el síndrome paraneoplásico más habitual, de hecho, la hipercalcemia sintomática se asocia con mayor frecuencia a algún tipo de cáncer que hiperparatiroidismo. Hay dos procesos generales que contribuyen a la hipercalcemia maligna:

  1. la osteólisis inducida por el cáncer, sea primario de los huesos, como el mieloma múlti ple, sea por metástasis óseas provenientes de cualquier tumor primario.
  2. la producción de sustancias humorales calcémicas por neoplasias extraóseas. Únicamente este segundo mecanismo se considera paraneoplásico; la hipercalcemia debida a la afectación ósea, primaria o secundaria, del tumor no constituye un síndrome paraneoplásico. Se conocen algunos factores humorales asociados a la hipercalcemia paraneoplásica maligna. El más importante, la proteína relacionada con la hormona paratiroidea (PTHRP), es una molécula emparentada con la hormona paratiroidea (PTH), pero diferente a esta. La PTHRP se parece a la hormona nativa solo por su extremo aminoterminal. Realiza algunas acciones biológicas parecidas a las de la PTH y las dos hormonas comparten un receptor acoplado a la proteína G, conocido como receptor de PTH/PTHRP (a menudo denominado PTH-Ro PTHRP-R). A diferencia de la PTH, la PTHRP se produce en pequeñas cantidades por muchas células y muchos tejidos sanos, entre ellos queratinocitos, músculos, huesos y ovario. Regula el transporte del calcio en la mama lactante y atraviesa la placenta; al parecer, modula el desarrollo y la remodelación pulmonares. Los tumores que más se acompañan de hipercalcemia paraneoplásica son los carcinomas de la mama, pulmones, riñones y ovario. La hipercalcemia del cáncer de mama debida a la producción de PTHRP suele exacerbarse con las metástasis osteolíticas. La neoplasia pulmonar que más veces se acompaña de hipercalcemia es el carcinoma epidermoide. Además de la PTHRP, otros factores, como IL-1, TGF-«, TNF y dihidroxivitamina D, también se relacionan, causalmente, con la hipercalcemia maligna.

La causa de estos síndromes se conoce mal. En ocasiones, se han detectado anticuerpos, probablemente contra antígenos de las células tumorales, que representan una reacción cruzada con los antigenos neuronales. Se ha propuesto que algunos cánceres viscerales expresan de manera ectópica algunos antigenos neurales. Por motivos desconocidos, el sistema inmunitario reconoce estos antigenos como extraños y elabora una respuesta inmunitaria, La acantosis nigricans es un trastorno caracterizado por placas de color negro grisáceo de piel engrosada e hiperqueratósica con un aspecto aterciopelado. Rara vez se trata de una enfermedad genética de jóvenes o adultos. Además, en un 50% de los casos, sobre todo si la persona tiene más de 40 años, la aparición de las lesiones se asocia a algún tipo de cáncer. En ocasiones, las lesiones de la piel aparezcan antes de que se descubra el cáncer. Los distintos tipos de cáncer se asocian, a veces, a manifestaciones vasculares y hematológicas diversas. Como trombosis, la tromboflebitis migratoria (síndrome de Trousseau) puede asociarse a cánceres profundos, en general carcinomas de páncreas o de pulmón. La coagulación intravascular diseminada complica también diversos trastornos clínicos; entre los cánceres, los más habituales son la leucemia promielocítica aguda y el adenocarcinoma de próstata. A veces, sobre las valvas cardíacas (particularmente, las del lado izquierdo) se forman vegetaciones pequeñas fibrinosas, bacterianas y suaves, sobre todo entre sujetos con un adenocarcinoma mucinoso avanzado. Estas lesiones se denominan endocarditis trombótica no bacterianas. Las vegetaciones constituyen fuentes potenciales de émbolos, que complican, en ocasiones, la evolución del cáncer. La osteoartropatía hipertrófica afecta al 1-10% de los pacientes con un carcinoma pulmonar. En raras ocasiones, el cáncer es de otro tipo. Este trastorno se caracteriza por: 1) neoformación de periostio, sobre todo en las extremidades distales de los huesos largos, metatarsianos, metacarpianos y falange ges proximales;

  1. artritis de las articulaciones adyacentes, y 3) acropaquias digitales. La osteoartropatía es muy poco habitual fuera del cáncer, pero la acropaquia de los dedos se observa en hepatopatías, enfermedades pulmonares difusas, cardiopatías cianóticas congénitas, colitis ulcerosas y otros trastornos. La causa de la osteoartropatía hipertrófica se ignora. Los síndromes paraneoplásicos neuromiopáticos adoptan diversas formas, como neuropatia periférica, degeneración corticocerebelosa, polimiopatía que remeda una polimiositis, y un síndrome miasténico parecido a la miastenia grave.