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Test de los Garabatos, Guías, Proyectos, Investigaciones de Psicología Cognitiva

Autor : Louis Corma Este Test Ayuda mucho para conocer los niveles en que se encuentran los niños de prescolar y primaria

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2018/2019
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Subido el 25/03/2019

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¡Descarga Test de los Garabatos y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Psicología Cognitiva solo en Docsity!

L o u t f d o r m á n

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los (jetrdbe&cs

Bxploració* de la

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Título de la edición original:

LE GR1BOU1LLIS. Un test de personnalité profonde. Publicada por Presses Universitaires de France, París.

T ra d u c c ió n d e MARTA CELIA E G U IB A R

Todos los derech o s .eservados por (© , 1 9 7 1 ) E D IT O R IA L K A PE LU SZ, S. A. - B uenos Aires. H e c h o el d epósito que estab lece la ley 1 1 .7 2 3. P u b lic ad o en abril de 1971. L IB R O DE E D IC IÓ N A R G E N T IN A

P rin te d in A rg en tin a

    1. Los conflictos del alma infantil interpretados a través de los garabatos. - I. Los conflictos con el m e d i o - a) La cólera y los actos de v io le n c ia - b) Oposición y e n c o p re s is - II. Los conflictos i n t e r n o s - a) El retorno contra sí m is m o - Represión e in h ib ic ió n - c) Las formaciones reaccionales del Y o - d) El a isla m ie n to - e) La r e g re s ió n - / ) Los atrasos en la escuela debidos a causas a f e c tiv a s - g) Conflictos pasajeros y neurosis d u r a d e r a s
    1. Los estados neuróticos en el n i ñ o - I. La neurosis de a n g u s tia
      • ■II. La neurosis d e p re s iv a
        • III. La neurosis de in h ib ic ió n
        • IV. La neurosis asténica. Las dudas y los e s c rú p u lo s
        • V. La neurosis o b s e s iv a
        • VI. La neurosis regresiva -.............................................................................
      1. Neurosis y psicosis del adulto - I. La neurosis de a n g u s tia - II. La neurosis a s té n ic a - III. La neurosis o b s e s iv a - IV. P s ic o s is
  • C o n c lu sio n e s................................................................................................................ - Validez y fidelidad del test de los g a r a b a to s - El p u n to de vista psicoanalí t i c o
  • Bibliografía

1

S IG N IF IC A C IÓ N P S IC O L Ó G IC A DE LOS G A R A B A T O S

Los garabatos que ha'cen los niños siempre han sido considera dos con atención por los psicopedagogos, a quienes interesan todas las manifestaciones expresivas de lá espontaneidad juvenil. Pero la idea de hacer del garabato un test de personalidad es muy reciente. La debemos a Robert Meurisse, aparecida en su primer estudio: "Le test du gribouillage”, publicado en 19 4 8.

I. LA IN T E R P R E T A C I Ó N G R A F O L Ó G IC A

Es interesante acotar que Meurisse es grafólogo. En efecto, no han sido los psicólogos sino los grafólogos los primeros que insistieron en el significado de los garabatos, considerándolos, con justa razón, como la fo rm a prim itiva del grafismo infantiL;Luávj\g Klages, el célebre grafólogo alemán, menciona esto al pasar, en sus obras2 ; pero, después de Meurisse, los Bernson han hecho.* tal vez, los estudios sistemáticos más importantes sobre, el tema3 , tom ando como referencia las reglas habituales del análisis grafológíco. Ese análisis se basa en la hipótesis de trabajo que afirma que la escritura de un individuo expresa, no sólo los rasgos particulares de

1 R o b ert M EURISSE, Le test du gribouillage ( Psych. N° 26, dic. 48 y N° 37, dic. 1949). (C onnaissance de l’hom m e, nov. 56).

2 Ludwig KLAG ES, Escritura y carácter (vers. cast.) Buenos Aires, E ditorial Paidós, 1959. ’ 3 B. y M. BERNSON, Le gribouillis des jeunes enfants (B ulletin de graphologie, 1949). M arthe BERNSON, D el garabato al dibujo, vers. cast. Buenos Aires, E ditorial K apelusz, 1962.

socializado.' un grafismo en el que la personalidad se expresa disciplinándose, para lograr esa necesaria comunicación con los demás y que es el objeto esencial del tex to escrito. Nos dimos cuenta que, por el contrario, los garabatos son un grafismo muy primitivo, un grafismo anterior a la com unicación social. La misma consigna de completa libertad que rige el trazado de los garabatos y hace que éstos den libre curso a lo que hay en nuestra personalidad de menos elaborado, d e jn e n o s socializado, a la expresión ■del fondo del inconsciente salvaje en que se agitan confesamente nuestras tendencias más primitivas. Por consiguiente, sin .dejar de reconocer que el gesto gráfico tiene, en la escritura y en los garabatos, significados comunes, •pensamos que el buen m étodo científico consiste en no confundir los y en averiguar en qué. difieren los garabatos de la escritura, elaborando, mediante el- estudio de los mismos, un m éto d o de in terpretación que les sea propio. Considerando pues el garabato com o un test de proyección. pensamos que, .para interpretarlo correctam ente, debíamos com en zar por examinar cuáles son las ten d en cia s' de la personalidad profunda que se proyectan en él.. ' , En efecto una de las premisas fundam entales de la psicología proyectiva es la de que los diversos tests de proyección no son equivalentes, pues según el estímulo usado para suscitar la p ro y ec ción. vemos manifestarse planos diferentes de personalidad. Se debe, pues, en cada caso, ex’aminar el nivel de personalidad que se proyecta, pues de su nivel dependerá el m étodo de interpretación que se utilice. •

  • Este estudio original es lo que presentam os a continuación. El mismo nos ha permitido, como se verá, llevar mucho más lejos que nuestros predecesores, la .interpretación de los garabatos y su nrovechosa utilización en clínica.

2

L A T É C N I C A DE LOS G A R A B A T O S

Antes de penetrar en la interpretación de] test del garabato, vamos a indicar la técnica que hemos empleado. El test del"garabato es una prueba simple, de ejecución rápida y sencilla y que encuentra fácilmente ubicación en el curso de los exámenes médico-pedagógicos, donde no se dispone de m ucho tiempo. La consigna es completamente elemental: se da al sujeto una hoja de papel blanco (bastante resistente) y un lápiz negro (con mina medianamente blanda) y se le dice: “ Garabatee en est 2 hoja”. En el caso de niños mayores (o aun de adultos) que se sorprenden a veces de esa orden, debemos ocasionalmente agregar: “ Imagínese usted que_ vuelve a la infancia, a la edad en que todavía no sabía escribir y garabatee esta hoja como le gustaba hacerlo a esa edad”. Para que el sujeto afloje su tensión, se puede añadir: “ Abandónese por completo a su fantasía”.

I. EL NOMBRE EN EL C E N T R O DE LA H OJA

A partir de Meurisse, se acostumbra pedir al sujeto que comien ce por escribir su nombre en el centro de la hoja. Se trata, en efecto, de un excelente medio descentrar los garabatos con relación al Yo del sujeto: por un lado el Yo personal. íntimo, representado por el nombre de pila: por el otro el Yo familiar, social, presentado por el patronímico. Ocurre a veces que el sujeto pregunta cuál de sus dos nombres debe escribir, o si debe escribir los dos. Conviene respon derle que goza de libertad para hacer lo que guste. A los niños pequeños, que no pueden escribir su nombre aún, puede dárseles la consigna de dibujar un muñeco en el centro de la hoja y decirles luego: “ Ese muñequito eres tú ”.

reproduce ei misino trazado de la primera vez. en cuyo caso se puede llegar a la conclusión de que el estado de inhibición es habitual e n 41, o bien se libera en un trazado más amplio, lo cual nos indica que su inhibición era pasajera y, m u y probablemente, debida al carácter poco usual de la prueba. De manera más general, el test de los garabatos puede repetirse sin inconveniente gran número de veces. Más aún. se recomienda hacer varias-, a_ diversos intervalos de tiempo, si se quieren extraer conclusiones .valederas. Desde este p u n to de vista, sucede con el garabato lo “mismo que con el texto escrito; es sabido que un grafólogo sagaz-no se aventura a hacer el retrato de un individuo basándose en un documento único, sino que pide que se le presenten varios y de distintas fechas, a fin de observar en eflos los caracteres gráficos permanentes, que le perm itirán deducir los rasgos que -dominan en la personalidad estudiada. Del mismo modo, el intérpreteTie'los garabatos debe hacer repetir varias veces la prueba a ñ n de ~r si el sujeto reproduce siempre los mismos trazos o si difieren de un-test a otro.-En el primer caso, podemos estar seguros de que esos trazos corresponden a rasgos de personalidad constan tes: en el segundo caso, por el contrario, puede inferirse que la situación psicológica del sujeto varia según los momentos.

. En cierta medida, una personalidad bien equilibrada, capaz de adaptarse dócilmente, presentará variaciones en sus garabatos suce sivos según las condiciones del ambiente. Por otra parte, esas condiciones pueden ser provocadas experimentalmente. Por ejem plo. suscitando en el sujeto sentimientos momentáneos de exalta ción o de depresión, se pueden obtener garabatos reveladores de esos estados particulares de ánimo. Del mismo modo, ios garabatos hechos después de un psicodrama en que el sujeto, como ocurre a m enudo, ha descargado fuertes pulsiones agresivas, pueden expresar en sus trazos la liberación que se ha producido. Veremos, por otra parte, que en el curso de una psicoterapia es posible a menudo seguir los progresos realizados a través de la evolución de los garabatos trazados después de cada sesión.

IV. C A R Á C T E R DINÁMICO D EL T R A Z A D O

Como vimos, los garabatos no son dibujos, sino un acto gráfico. Por lo tanto, la manera en que se hacen tiene tanta importancia como el trazado final y es indispensable observar al sujeto mientras hace sus garabateos. Es decir que debemos notar el punto de partida del trazado, su dirección progresiva o regresiva, ascendente o

descendente, la -zona qu e cubre primero y la rapidez de su ejecución, signos todos éstos de los cuales veremos la importancia para la interpretación del test. Debemos consignar, por ejemplo, por tener un valor m uy especial, la tendencia de algunos sujetos 2 voiver a pasar, una y otra vez, por el mismo lugar de la hoja, tendencia compulsiva ligada frecuentemente a una fijación morbosa relacio nada con la zona en cuestión, como ya lo hizo notarM^urisse.

V. REACCIONES A F E C T I V A S '

Hay que observar-también-lás 'disposiciones afectivas del sujeto en el momento en que garabatea.’ Los garabatos amplios_y vigorosos se ejecutan, en general, con alegría, y es'evidente que,, en. este caso, el sujeto siente un gran placaren exteriorizar sus pulsiones. Puede ocurrir, aún, que el sujeto tenga luego, oscuram ente; conciencia de haber hecho algo “ inconve niente” y dirija al psicólogo una mirada de vergüenza o de temor. Los garabatos inhibidos son hechos,-en la generalidad de Jos casos, con mucha seriedad, y a veces hasta con una disposición 'de ánimo melancólica. Una vez cum plido el test, conviene consignar también la impresión afectiva producida .en el sujeto por su realización. Algunos están contentos. Otros, en cambio, expresan su discon formidad. Señalemos, en particular, el malestar que causa frecuen temente el garabato que pasa sobre el nombre; muchos sujetos se avergüenzan de lo q u e han hecho y -declaran q u e .n o está bien garabatear sobre el nom bre, que es sucio o que está prohibido. Vemos algunos que, habiendo casi borrado su nombre con sus garabatos^ repasan luego todas las letras para que ssü nuevamente legible. También puede resultar interesante hacer interpretar los gara batos por el autor mismo, en la medida en que éste puede luego comprender el significado simbólico de su trazado. Anticipándonos a nuestro capítulo de interpretación, podemos decir aquí que, en los garabatos, se proyectan muchas pulsiones agresivas de las cuales el sujeto puede, a través de su-ademán, to m ar conciencia. He aquí dos ejemplos: El primero lo proporciona un niño de 11 años, muy celoso de su hermano menor, pero m uy contrariado en su instinto de rivalidad por las severas censuras de sus padres; como consecuencia, se ha vuelto tartam udo; p ero no tartamudea d u ran te los psicodramas, cuando puede exteriorizar libremente sus pulsiones agresivas. Luego

preparar con mucha conciencia. Ocurría, a veces, que al final, impaciente, garabateaba la hoja y la rompía, lo cual le obiigaba 2 empezar de nuevo. Vemos, pues, actuar en sus garabatos el misino proceso dinámico que nos m uestra la conciencia profesional incapaz de do m in ar p o r completo las pulsiones agresivas subyacentes. En el capítulo siguiente, a propósito del caso del joven Yves, veremos- o t r a ejemplo- notable en que la interpretación simbólica suministrada p o r el sujetó coincide con el análisis científico que hicimos nosotros ffig_JO

Figura 2. G arabatos de neu ró tico obsesivo.

1 T odos los garabatos reproducidos en esta obra han sido hechos en e] tam año 21 x 27 cm. Las reproducciones m iden la cu arta parte del tam a ño original. H em os tachado u o cultado el nom bre del sujeto (cuando él m ismo no lo hizo al garabatear) a efectos de respetar el secreto profesional.

3

E V O L U C I Ó N DE L A P E R S O N A L I D A D

P S IC O D IN Á M IC A D E L G A R A B A T O

I. PR E-G A R A B A T O S Y G ARABATOS PR O PIA jM E N T E D IC H O S

Así como la escritura no expresa la personalidad del que escribe sino cuando las dificultades del aprendizaje han sido vencidas y por consiguiente la misma se ha vuelto autom ática, a su vez, el garabato no expresa al comienzo lo que expresará más tarde, cuando el niño adquiera el dominio de sus movimientos y ademanes. Hay. pues, en el niño, entre Jos-2 y 3 años, un estadio que se podría llamar estadio del pre-garabato: la m ano halla dificultad en sostener bien el lápiz y en mantener el contacto con la hoja de papel; el movimiento se efectúa de manera impulsiva. Por otra parte, a esa edad, la expansión vital es reducida y esa reducción se traduce en gestos de poca amplitud. Vemos entonces dos tipos de garabatos:

I o) El garabato en forma de flechas, compuesto de trazos cortos, lanzados en todas direcciones, al azar de los movimientos impulsivos (fig. 3). 2°) El garabato en redondeles o círculos, form ado por curvas cerradas sobre sí mismas y repetidas en forma m onótona en diversos lugares de la hoja (fig. 4).

Una variedad de esta segunda forma consiste en redondeles muy pequeños, trazados de manera imperfecta y diseminados por toda la superficie de la hoja (fig. 5); cuando esta forma se presenta en una eda{] más avanzada, es característica de la deficiencia mental délos niños mogólicos. Estos pre-garabatos tienen ya alguna relación con las tendencias

vitales del carácter. En general, los garabatos en forma de flechas expresan fuertes descargas de agresividad, mientras q u e los gara batos de formas circulares indican un carácter dulce y conciliador (tal es. en particular, el caso de los mongólicos). Por o tra parte, la falta de unión entre las diferentes partes del trazado, m uy carac terística de esa edad, traduce los bruscos impulsos experimentados por el niño y, correlativamente, carencia de vínculos asociativos tanto en la acción como en el pensamiento. Sin embargo, para que los garabatos adquieran pleno significado psicológico, es menester llegar a la fase siguiente de la evoliíción psicomotriz. el estadio m otor controlado.

En efecto, sólo cuando el-niño extiende su campo de acción y no se halla prisionero dentro de un reducido círculo de expansión y ha adquirido un buen dominio de sus movimientos, es capaz de evolucionar sin dificultad en el espacio vital de la hoja blanca en que garabatea y de dominar su trazado; sólo entonces —decim os— se pueden interpretar todos los matices de ese trazado com o libre expresión de la personalidad.

Para una m ayor claridad didáctica, vamos a sintetizar en este capítulo las nociones adquiridas acerca del garabato, describiendo primer:. en te la evolución de la personalidad del niño y dando luego los garabatos correspondientes a cada una de las fases de esa evolución. ■ En esta descripción haremos amplio uso del co n cep to psicoana- lítico, el cual arroja clara y abundante luz sobre el desarrollo psíquico del niño y soDréTüá trastornos que en él se producen.

II. E L E S T A D IO SÁ D IC O -A N A L Y LOS G A R A B A T O S S Á D IC O -A N A L E S

Una de las adquisiciones más preciosas del psicoanálisis es el haber mostrado cómo se establecen las relaciones del niño co n las personas que lo rodean, la familia primero. Ja sociedad luego, poniendo especial acento en la parte importante que pertenece a la vida insiintivo-afectiva en el establecimiento de esas relaciones. La psicología clásica destacaba el egoísm o del .niño com o una necesidad vita! vinculada con las exigencias de su desarrollo, mientras que la preocupación por los otros, bajo-el nom bre de altruismo no se manifestaba sino más tarde, como una. especie de conquista m oral sobre el egoísmo primitivo. El psicoanálisis ha buceado con mayor profundidad, m o stran d o que la evolución llamada "moral” está estrictamente condicionada por factores biológicos. En efecto, al comienzo, el niño pequeño sólo vive “ para sí mismo” , y las personas que Jo rodean no son consideradas p o r él como “ sujetos” autónomos, con existencia y necesidades propias. El niño no puede considerarlos sino en función de sí mismo, de sus necesidades personales, es decir que sólo son para é l. sim ples instrum entos de sus necesidades. Todo lo quiere: el m undo en tero le pertenece: su capricho tiene fuerza de ley y no se preocupa en absoluto por las molestias que su conducta pueda causar a sus semejantes. Este primer estadio de la vida infantil se llama precisam ente estadio no-objetal, por el hecho de que el niño no m antiene relaciones con objetos independientes de él mismo. En este p e río d o , por ejemplo, el niño está estrechamente unido a su madre-nodriza, que es, en cierto modo, una parte de.él mismo, pues está ah í para servirlo, para proveer a su subsistencia y a su protección y carece, por decirlo así, de existencia fuera de esa función.

dido de palabras que representan suciedad <. a s y vocablos similares son. naturalm ente, derivados directos. impulsividad sádico-anal. D urante estos estadios, la vida instintiva predomina, y cuando no es objeto de censuras inhibidoras por parte d ; los que rodean al niño, se exterioriza en pulsiones violentas. Es la edad en que los niños se m uestran glotones, muerden, se ensucian, se mueven mucho, ro m pen todo lo que encuentran, y lo hacen con la m ayor alegría. No soportan que se les impida hacerlo y despliegan en ese caso toda su agresividad en un recrudecimiento de violencia y de cólera.

Los garabatos. C uando, en ese estadio, se da al niño una hermosa página blanca y un lápiz negro, la tratará manipulando el lápiz como un arma ofensiva, así como trata a los que lo rodean. Es decir que exteriorizará, libre, impulsivamente, sus instintos con iodo el brío de su edad y, como ya hemos dicho, sin -ninguna consideración por los demás. Los demás, en este caso, son la página blanca. El niño va a macularla con num erosas rayas trazadas con violencia, llegando hasta arrugarla, perforarla y rasgarla. No se detiene sino cuando la página está com pletam ente cubierta y la mina del lápiz gastada hasta la madera. Tales son los garabatos sádico-anales, que indican todos los rasgos de carácter dé ese estadio (fig. 6).

Semejantes garabatos son frecuentes y, observándolos en el Consultorio Médico-Pedagógico de Nantes. nuestro alumno R. BOISSINOT elaboró una interpretación de los garabatos sobre las bases doctrinarias del psicoanálisis1. Según Boissinot. “ los garaba tos, derivados del pintarrajeo y del borroneo se inscriben en el registro de las actividades sádico-anales15. Y agrega que lo que da a ios garabatos su valor como test es el hecho de que “ los mismos interrogan, precisam ente, esa fase tan fértil en conflictos, situada en el umbral de la de Edipo, y en la cual muchos de los niños que vemos quedan detenidos, o hacia la cual regresan”. Un cierto n ú m ero de los sujetos que son invitados a hacer garabatos to m a n conciencia de ese carácter sádico-anal de los mismos y, tironeados entre sus pulsiones instintivas y las prohibi ciones de su censura, se sienten muy incómodos. '

1 R. BO ISSIN O T, “ U in terp rétaíio n du gribouilüs de l’enfant en fonction des données p sv c h an a litiq u e s” (Com unicación inédita hecha ante el G roupe- m ent m édico-psychologique de Nantes, 1960).

Figura 6, Tipo de garabatos sádico- 2 jiales.

.Observación 1. Hemos visto así el ejemplo de Ivés, un niño de 12 años, traído al Consultorio a causa de sus accesos de cólera y sus reacciones de indisciplina en la escuela, unos y oirás severamente censurados por un padre m uy autoritario y hasta brutal. Invitado a hacer garabatos, comienza por negarse. Luego., ante nuestra insis tencia, dibuja un barco, como hacen a menudo en ese caso los inhibidos. Obtenemos a continuación las pocas y muy disciplinadas olas que se ven en la parte inferior del dibujo, y hay que ponerse muy insistente para conseguir que una ola pasase por sobre el barco (figura 7). Ahora bien, durante la entrevista llevada a cabo a continuación, el niño nos declaró: “ Los garabatos no me gustan. Parecerían una cola de vaca o de asno que se mete en un balde de pintura... de suciedad espesa y embadurna to d o ”. Luego, inspirado por su comentario, nos hizo el segundo dibujo que vemos aquí (fig. 8), diciendo: “ El maestro dibuja un asno en el pizarrón. Se va y, durante ese tiempo, el asno mete la cola en un excremento espeso y embadurna todo el pizarrón”. El asno es él mismo, claro está, y el maestro contra el cual exterioriza su