Conocimiento individualizado: El maestro conoce a cada estudiante de manera profunda,
reconociendo sus intereses, fortalezas, debilidades y necesidades. Esto permite ajustar las
estrategias de enseñanza para abordar las diferencias en el ritmo y estilo de aprendizaje de
cada estudiante.
Inclusión: Se asegura de que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades,
género, origen étnico o cualquier otra característica, se sientan parte de la comunidad
educativa. Adopta enfoques y estrategias que promuevan la participación de todos y evita
cualquier forma de discriminación.
Equidad: Reconoce las desigualdades que pueden existir en el entorno educativo y trabaja para
proporcionar a cada estudiante lo que necesita para tener éxito. Esto puede implicar la
asignación de recursos adicionales a aquellos que enfrentan desafíos particulares o la
adaptación de la enseñanza para abordar diferentes niveles de habilidad.
Diversidad de enfoques: Utiliza una variedad de métodos de enseñanza y evaluación para
acomodar diferentes estilos de aprendizaje. Incorpora recursos y materiales que reflejen la
diversidad cultural y lingüística de los estudiantes, creando así un ambiente enriquecedor y
representativo.
Comunicación abierta: Establece canales de comunicación efectivos con los estudiantes y sus
familias. Escucha sus inquietudes, sugerencias y necesidades, y utiliza esta retroalimentación
para mejorar la calidad de la educación que brinda.
Planificación diferenciada: Diseña lecciones y actividades que se adapten a las necesidades
individuales de los estudiantes. Puede implicar la agrupación flexible de estudiantes según sus
niveles de habilidad o intereses, o la incorporación de apoyos adicionales para aquellos que los
necesiten.
Motivación y apoyo: Crea un ambiente en el que los estudiantes se sientan seguros para
asumir riesgos en su aprendizaje. Fomenta la confianza en sí mismos, la autonomía y el interés
por aprender, brindando apoyo cuando sea necesario.
Evaluación auténtica: Utiliza una variedad de métodos de evaluación que reflejen de manera
precisa las habilidades y conocimientos de los estudiantes. Esto puede incluir proyectos, tareas
prácticas, presentaciones orales y otras formas que vayan más allá de las pruebas
tradicionales.
