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Sociología Interpretativa: Weber, Fenomenología y el Legado de Schutz, Apuntes de Sociología

El concepto de paradigma comienza a ser utilizado de manera más amplia a partir de su presentación por Khun en “La estructura de las Revoluciones científicas” Para este autor un paradigma” es un sistema coherente no sólo de teorías científicas, sino también de metodologías, formas de concebir la realidad, valores compartidos, ´ejemplares¨ de investigación tácitamente aceptados como modelos, etc.”(Khun, 1971). Cabe recordar que estos conceptos surgen en el contexto de las Ciencias físico-naturale

Tipo: Apuntes

2019/2020

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WEBER Y EL INICIO DE LA SOCIOLOGÍA INTERPRETATIVA:
El concepto de paradigma comienza a ser utilizado de manera más amplia a partir de su presentación
por Khun en “La estructura de las Revoluciones científicas” Para este autor un paradigma” es un
sistema coherente no sólo de teorías científicas, sino también de metodologías, formas de concebir la
realidad, valores compartidos, ´ejemplares¨ de investigación tácitamente aceptados como modelos,
etc.”(Khun, 1971). Cabe recordar que estos conceptos surgen en el contexto de las Ciencias físico-
naturales. En ciencias sociales también fue incorporada esta noción de paradigma, reforzando con ello
la pluralidad teórico-metodológica presente desde su constitución como campo disciplinar autónomo.
Para la mayor parte de los autores que lo utili zan (Ritzer, Guba y Lincoln, etc) implica específicamente
la idea de adecuación, coincidencia o consenso en los niveles teórico, epistemológico y metodológico. Se
ha señalado (Valles 1994) el desarrollo de diversas clasificaciones, realizadas por distintos autores que
hacen referencia a la existencia de dos, tres o más paradigmas que pueden admitirse como coexistiendo
simultáneamente en las ciencias Sociales. Para la mayor parte de los autores que plantean esta forma
de clasificación existen al menos tres paradigmas (naturalista, hermenéutico y crítico) que constituyen
formas radicalmente diferentes de concebir las ciencias sociales; debemos aclarar, sin embargo, que no
existen consensos totales en cuanto a la caracterización de cada uno de ellos, y en cuanto a los enfoques
y corrientes que cada uno incluye. Para Irene Vasilachis “el paradigma interpretativo está aún en vías
de consolidación....”y sus supuestos básicos pueden resumirse en “la necesidad de comprensión del
sentido de la acción social en el contexto del mundo de la vida y desde la perspectiva de los
participantes.” Desde su posición el paradigma interpretativo “...nace con la propuesta de Weber de
practicar una ciencia de la realidad de la vida que nos rodea y en la cual estamos inmersos, mediante la
comprensión, por una parte, del contexto y significado cultural de sus distintas manifestaciones en su
forma actual y, por otra, de las causas que determinaron históricamente que se haya producido así y no
de otra forma.”(Vasilachis) Otros autores que hacen referencia a este paradigma científico (Gummeson,
Erlandson, Crabtree y Miller, etc)le asignan algunas características que podrían resumir sus aspectos o
dimensiones principales: relativismo de todo conocimiento de la realidad social; imposibilidad de
descubrir leyes generales que expliquen los fenómenos sociales, y en su lugar, a lo sumo el desarrollo
de teorías locales y “generalizaciones específicas y concretas”; énfasis en estudios detallados e
intensivos de casos singulares; análisis centrado fundamentalmente en la interpretación;
reconocimiento de la subjetividad y distinción menos clara entre hechos y juicios de valor, entre otros.
(Ruiz Olabuénaga,1999) Muchos de estos autores ubican claramente a Max Weber como una de las
figuras claves en el establecimiento de este paradigma remarcando especialmente su preocupación por
los hechos históricos singulares, su incorporación de la comprensión como herramienta fundamental
para el análisis de la realidad social, y su preocupación por los valores. Algunos (Conde, 1994), sin
embargo, argumentan que para Weber la tarea de la ciencia social pasa , en realidad, por definir como
objeto científico sólo aquellas dimensiones de la realidad que posean un carácter estrictamente
racional y se basan para ello en su reconocida preocupación por establecer la univocidad de los
conceptos, en sus esfuerzos por construir instrumentos racionales (tipo ideal ) para el estudio de los
fenómenos sociales y en sus esfuerzos por lograr la objetividad del científico. Sostienen, por lo tanto,
que desde un “punto de vista metodológico – evidentemente en Weber hay más puntos de vista- puede
considerarse a este autor como uno de los fundadores de la que venimos denominando “perspectiva
cuantitativista” en las Ciencias Sociales”. (Conde, 1994).
LA SOCIOLOGÍA FENOMENOLÓGICA:
La sociología fenomenológica es el estudio de las estructuras formales de la existencia social concreta
según lo hecho disponible en y con la descripción analítica de actos del sentido intencional.
concepto del método fenomenológico: consiste en examinar todos los contenidos de la conciencia,
determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc., suspender la conciencia
fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su
pureza.
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WEBER Y EL INICIO DE LA SOCIOLOGÍA INTERPRETATIVA:

El concepto de paradigma comienza a ser utilizado de manera más amplia a partir de su presentación por Khun en “La estructura de las Revoluciones científicas” Para este autor un paradigma” es un sistema coherente no sólo de teorías científicas, sino también de metodologías, formas de concebir la realidad, valores compartidos, ´ejemplares¨ de investigación tácitamente aceptados como modelos, etc.”(Khun, 1971). Cabe recordar que estos conceptos surgen en el contexto de las Ciencias físico- naturales. En ciencias sociales también fue incorporada esta noción de paradigma, reforzando con ello la pluralidad teórico-metodológica presente desde su constitución como campo disciplinar autónomo. Para la mayor parte de los autores que lo utili zan (Ritzer, Guba y Lincoln, etc) implica específicamente la idea de adecuación, coincidencia o consenso en los niveles teórico, epistemológico y metodológico. Se ha señalado (Valles 1994) el desarrollo de diversas clasificaciones, realizadas por distintos autores que hacen referencia a la existencia de dos, tres o más paradigmas que pueden admitirse como coexistiendo simultáneamente en las ciencias Sociales. Para la mayor parte de los autores que plantean esta forma de clasificación existen al menos tres paradigmas (naturalista, hermenéutico y crítico) que constituyen formas radicalmente diferentes de concebir las ciencias sociales; debemos aclarar, sin embargo, que no existen consensos totales en cuanto a la caracterización de cada uno de ellos, y en cuanto a los enfoques y corrientes que cada uno incluye. Para Irene Vasilachis “el paradigma interpretativo está aún en vías de consolidación....”y sus supuestos básicos pueden resumirse en “la necesidad de comprensión del sentido de la acción social en el contexto del mundo de la vida y desde la perspectiva de los participantes.” Desde su posición el paradigma interpretativo “...nace con la propuesta de Weber de practicar una ciencia de la realidad de la vida que nos rodea y en la cual estamos inmersos, mediante la comprensión, por una parte, del contexto y significado cultural de sus distintas manifestaciones en su forma actual y, por otra, de las causas que determinaron históricamente que se haya producido así y no de otra forma.”(Vasilachis) Otros autores que hacen referencia a este paradigma científico (Gummeson, Erlandson, Crabtree y Miller, etc)le asignan algunas características que podrían resumir sus aspectos o dimensiones principales: relativismo de todo conocimiento de la realidad social; imposibilidad de descubrir leyes generales que expliquen los fenómenos sociales, y en su lugar, a lo sumo el desarrollo de teorías locales y “generalizaciones específicas y concretas”; énfasis en estudios detallados e intensivos de casos singulares; análisis centrado fundamentalmente en la interpretación; reconocimiento de la subjetividad y distinción menos clara entre hechos y juicios de valor, entre otros. (Ruiz Olabuénaga,1999) Muchos de estos autores ubican claramente a Max Weber como una de las figuras claves en el establecimiento de este paradigma remarcando especialmente su preocupación por los hechos históricos singulares, su incorporación de la comprensión como herramienta fundamental para el análisis de la realidad social, y su preocupación por los valores. Algunos (Conde, 1994), sin embargo, argumentan que para Weber la tarea de la ciencia social pasa , en realidad, por definir como objeto científico sólo aquellas dimensiones de la realidad que posean un carácter estrictamente racional y se basan para ello en su reconocida preocupación por establecer la univocidad de los conceptos, en sus esfuerzos por construir instrumentos racionales (tipo ideal ) para el estudio de los fenómenos sociales y en sus esfuerzos por lograr la objetividad del científico. Sostienen, por lo tanto, que desde un “punto de vista metodológico – evidentemente en Weber hay más puntos de vista- puede considerarse a este autor como uno de los fundadores de la que venimos denominando “perspectiva cuantitativista” en las Ciencias Sociales”. (Conde, 1994). LA SOCIOLOGÍA FENOMENOLÓGICA: La sociología fenomenológica es el estudio de las estructuras formales de la existencia social concreta según lo hecho disponible en y con la descripción analítica de actos del sentido intencional. concepto del método fenomenológico: consiste en examinar todos los contenidos de la conciencia, determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc., suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza.

De acuerdo con lo propuesto con Edmund Husserlse debe ser imponer un nuevo ’signo’ a la ‘actitud natural’, lo que significa abstenerse respecto a la existencia espacio-temporal del mundo. El método fenomenológico: consiste en:

  • Examinar todos los contenidos de la conciencia• Determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc.
  • Suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza. LA INFLUENCIA DE HUSSERL Y BERGSON: Ricoeur se ve enfrentado no sólo a Descartes y a la filosofía reflexiva que identifica reflexión e intuición, sino muy particularmente con la fenomenología. La fenomenología que sirve a Ricoeur tanto de invitación como de instrumento, conduce a un callejón sin salida, a pesar del reconocimiento por parte de Husserl de lo prerreflexivo y lo irreflexivo y de sus críticas al cogito cartesiano. Husserl, queriendo alcanzar el fundamento de toda certeza, acaba por no dar ninguna, puesto que la grandeza teórica de la fenomenología, “la extraordinaria fecundidad de su inspiración” y el “rigor de su método” terminan siendo prácticamente ineficaces para identificar el fundamento que busca. Ricoeur se propone hacer posible una fenomenología real, que evite la huida hacía un fundamento inalcanzable. Con ello, su hermenéutica insertada en la fenomenología es su “subversión”. Su método hermenéutico procederá a partir del mundo y de los objetos cuya verdad, precisamente, la epojé ( ἐποχή)) fenomenológica pone en entredicho como exigencia de cientificidad. Según Manuel Maceiras, la subversión que conduce de Husserl a Heidegger y de éste a Ricoeur es la siguiente: a) La fenomenología de Husserl, en la polémica con el psicologismo, el naturalismo y la antropología, pretende fundar las condiciones de todo conocimiento absoluto y universal en una dimensión no psicológica, que Husserl llama fenomenológica, libre de todo supuesto y de toda traza naturalista y positivista. La fenomenología se convierte así en una reivindicación del “fundamento último”. Fundamento que radica en la intuición del sujeto por sí mismo, convirtiendo en polo intencional, que se enfrenta, como correlato objetivo, a un campo de significados esenciales. Por medio de la epojé se busca alcanzar un ámbito de sentido que prescinde de las cosas y de cuestiones de hecho, esto es, del mundo. Con este método, el yo se hace intelectualmente presente a sí mismo para considerar intuitivamente sus actos sin confundirse con ellos. O sea que lo plenamente intuido es la subjetividad inmanente, resultando siempre dudosa toda trascendencia. De este modo, la ontología se confina en una búsqueda retroactiva –inacabada siempre– hacia el fundamento subjetivo y no sólo en las Investigaciones lógicas y en la Meditaciones cartesianas, sino incluso en el último Husserl. Como consecuencia, la reflexividad del yo no logra alcanzar la inteligibilidad última del sentido intencional de los actos noéticos. Debido a ello la fenomenología de Husserl concluye en un idealismo. b) Ricoeur recurre entonces a Heidegger, debido a que el ideal de una justificación última de toda ciencia encuentra su límite fundamental en la “condición ontológica de la comprensión”. Radicalizando la distinción husserliana entre fundamentación trascendental y justificación última, la hermenéutica parte del reconocimiento de una relación de inclusión y pertenencia mutua del sujeto, pretendidamente autónomo, y del objeto que se le opone. De este modo, el sujeto que interroga debe ser considerado como perteneciente a la realidad sobre la que se interroga: “Porque primero pertenecemos participativamente a un mundo, podemos luego preguntarnos por su sentido”. Se acepta el argumento de Heidegger según el cual „ser-en-el-mundo ‟ precede a la reflexión. Entonces el „comprender‟ tiene precede a la reflexión. Entonces el „comprender ‟ precede a la reflexión. Entonces el „comprender‟ tienetiene una significación ontológica. Esta pertenencia ontológica yo-mundo es anterior y previa a la constitución del yo como sujeto enfrentado a un mundo de objetos. Tal pertenencia, anterior a la constitución del yo como sujeto, hace posible un segundo movimiento: la posibilidad de establecer una distancia, entre el yo y los actos en los que se objetiva. Distancia que es la exigencia dialéctica de la pertenencia y que hará posible el movimiento reflexivo que va desde el signo al acto y de éste al ser. Una de las aportaciones fundamentales de Husserl a Ricoeur fue el proyecto de una filosofía de la voluntad. La fenomenología existencial según Ricoeur procura extraer de la experiencia vivida los

MEAD Y LA ESCUELA DE CHICAGO:

Con el término Escuela de Chicago, se distingue a un conjunto de trabajos de investigación en el campo de las ciencias sociales, realizado por profesores y estudiantes de la Universidad de Chicago, entre 1915 y 1940. Se trata de una sociología urbana, que desarrolla una serie de estudios, íntimamente ligados a problemas confrontados por la ciudad de Chicago, en una época de delincuencia y otras graves dificultades, en una urbe de crecimiento desproporcionado, poblada por miles de inmigrantes. Este interés por investigar el fenómeno social urbano a partir de la observación participante del investigador, va a ejercer una influencia significativa en el progreso de algunos métodos originales de investigación en la sociología contemporánea. La Escuela de Chicago promueve la utilización de procedimientos con fines científicos, como instrumentos para la interpretación de aspectos de la realidad social en la búsqueda de la aproximación científica. Cuando en la actualidad nos acercamos al paradigma interpretativo que orienta la perspectiva de investigación cualitativa, siempre es conveniente indagar donde están los orígenes de estas proposiciones epistemológicas. Por eso al aproximarnos a algunos fundamentos ideológicos que influyeron en la Escuela de Chicago, como: El Pragmatismo (Dewey) y el Interaccionismo Simbólico (Mead y Blumer), el análisis de sus preceptos fundamentales sirve para hacernos comprender mejor las tendencias actuales que orientan la Etnosociología. Palabras clave: Escuela de Chicago, paradigma interpretativo, Etnosociología. EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO Desde esta perspectiva de la teoría del acto se produce una bifurcación de corrientes: Por un lado tenemos la teoría general de la acción social de Parsons que integra en ella el concepto de rol, y por otro lado encontramos el Interaccionismo Simbólico. La Teoría General de la Acción Social de Parsons entiende a la persona como una estructura influenciada por los diferentes subsistemas: familia, compañeros de trabajo, amigos íntimos… En cada subsistema la conducta es dirigida en función de qué considere más importante en el contexto en el que se sitúa en la que entran en juego a su vez: las necesidades fisiológicas, la motivación de la persona y las normas y valores estipulados en el contexto. El interaccionismo simbólico entiende que la interacción se lleva a cabo mediante el intercambio de actos simbólicos como son los gestos, las palabras, la entonación o la expresión de la cara. Ese manejo de símbolos en nuestra comunicación, la dota de significado. A su vez permite transmitir información y expresar ideas, entender las experiencias propias y la de los otros, así como compartir sentimientos y entender el de los demás. El interaccionismo simbólico pone en relieve que para entender al ser humano lo importante no es la conducta en si, sino el significado que ésta tiene. La intención con la que actúa el emisor y la interpretación que le da a ese mismo acto el receptor, forman el significado de la conducta para cada parte de la interacción. Al interactuar lo hacemos mediante símbolos y estos pueden coincidir o diferir, por ello hemos de definir la situación en la que se interactúa (saber si es un ambiente serio, desenfadado, hasta que punto puede se puede ser bromista en una determinada situación…) Aunque la propia simbología permite que uno mismo ya atribuya una definición concreta a contextos determinados en los que se encuentre por reconocer elementos determinados (por ejemplo entrar en un sitio donde todo el mundo está en silencio y de negro: nos puede evocar un ambiente solemnidad). Las personas creamos el mundo social. Asumimos y esperamos acciones del otro y con ello vamos formando nuestro Self. Por ello se establece que la comunicación tiene la función de anticipar o predecir lo que pueda ocurrir, siendo la reacción del otro la que otorga el significado a ésta comunicación. El significado se construye a partir de las diferentes relaciones que el sujeto ha establecido con el objeto (Blumer, 1969)

El interaccionismo a nivel metodológico es claro y establece que no se debe generalizar, ya que cada sujeto es diferente y por tanto el significado que él otorga a los símbolos puede ser entendible desde su marco interpretativo. Por ello defiende una observación participante y la investigación cualitativa. Para comprender la realidad de los actores, el investigador debe entrar dentro de esa realidad, de la situación, interactuando con ellos. LA ACCIÓN DRAMATÚRGICA: Dramaturgia es una sociológico perspectiva de uso común en microsociológicos cuentas de la interacción social en la vida cotidiana. El término fue adaptado por primera vez en la sociología del teatro por Erving Goffman , que desarrolló la mayor parte de la terminología y las ideas relacionadas en su libro de 1959, la presentación de la persona en la vida cotidiana. Kenneth Burke , a quien más tarde Goffman reconocer como una influencia, había presentado anteriormente sus nociones de dramatismo en 1945, que a su vez deriva de Shakespeare. Sin embargo, la diferencia fundamental entre la visión de Goffman Burke y de Burke es que creía que la vida era, de hecho, el teatro, mientras que Goffman considera el teatro como una metáfora. Si nos imaginamos a nosotros mismos como directores de la observación de lo que sucede en el teatro de la vida cotidiana, estamos haciendo lo que Goffman denomina análisis dramatúrgico, el estudio de la interacción social en términos de representación teatral. En sociología dramatúrgico se argumenta que los elementos de las interacciones humanas dependen de la hora, el lugar y la audiencia. En otras palabras, a Goffman, el auto es un sentido de lo que uno es, un efecto dramático que emerge de la escena inmediata que se presenta. Goffman forma un teatro metáfora para definir el método en el que un ser humano se presenta a otro basado en culturales valores , normas y creencias. Actuaciones pueden tener interrupciones (actores son conscientes de este tipo), pero la mayoría tienen éxito. El objetivo de esta presentación de uno mismo es la aceptación por parte del público a través del desempeño llevado a cabo cuidadosamente. Si el actor tiene éxito, el público va a ver al actor como él o ella quiere ser visto. EL LEGADO DE GOFFMAN A LA TEORÍA SOCIOLÓGICA CONTEMPORÁNE: Con la teoría de la acción social de Erving Goffman. Como ya hemos dicho, defiende que la conducta humana depende de sus escenarios y relaciones personales. Así pues, todos estamos inmersos en un manejo constante de nuestra imagen ante el resto del mundo. Esta interacción que cada individuo realiza con su entorno le empuja a buscar la definición de cada situación con el objetivo de lograr el control de la misma. De esta forma intentamos manejar las impresiones que los demás se vayan a formar sobre nosotros. En este caso se podría decir que somos actores interpretando nuestro papel delante de un auditorio que puede ser de una o más personas. Parece evidente creer que Goffman tiene razón en este detalle, pues todos tratamos de proyectar una imagen favorable a los demás. Ya sea que busquemos gustar, agradar, simpatizar, lograr que nos odien… todos actuamos intentando ser consistentes con la imagen pretendida. Para Goffman, y siempre bajo el prisma de su teoría de la acción social, al interactuar lo que realmente buscamos es crear impresiones que formen interferencias en el público. Lo hacemos porque pensamos que esas interferencias serán beneficiosas para nosotros, ya que en ellas intentaremos reflejar los aspectos de nuestra identidad que deseamos comunicar; además mostrarán nuestra intencionalidad. “En su condición de actuantes, los individuos se preocupan por mantener la impresión de que cumplen muchas reglas que se les puede aplicar para juzgarlos” -Erving Goffman-